Las PASO ¿sirven o no?

Artículos de opinión, actualidad y doctrina legal escritos por Guillermo Chas.

Las PASO ¿sirven o no?

15 de septiembre de 2021 Actualidad Opinión 0
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Once años después de la recuperación de la democracia en 1983, la Convención que reformó la Constitución Nacional en 1994 consagró a los partidos políticos como instituciones fundamentales del sistema democrático.

Con esa premisa como base, y luego de un divorcio entre la sociedad y la política que alcanzó su clímax en el año 2001, la crisis de representatividad de los partidos políticos quedó evidenciada con claridad en las elecciones presidenciales de 2003, en las que los seis principales candidatos tenían filiación justicialista o radical, pero compitieron fragmentadamente en los comicios.


Ante esta situación, la clase dirigente, la academia y la organizaciones de la sociedad civil plantearon la necesidad de implementar reformas electorales que permitieran consolidar el sistema democrático mediante el fortalecimiento de los partidos políticos. 


Con ese objetivo como norte, en diciembre de 2009 el Congreso Nacional sancionó la Ley 26.571 y, en el año 2011, se celebraron las primeras Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de nuestra historia democrática. 
A diez años de su debut, ayer los argentinos concurrimos a la sexta edición de este tipo de elecciones y todavía persiste un interrogante acerca de su verdadera utilidad. Muchos han llegado a la conclusión de que las PASO son carísimas encuestas, mientras que otros tantos las defienden como un instrumento que ha robustecido la calidad democrática.


Uno de los grandes logros de las PASO ha sido, sin lugar a dudas, contribuir a la cohesión de los espacios políticos formando dos grandes coaliciones que aglutinan a gran parte del electorado, representadas en el Frente de Todos (versión actualizada del Frente para la Victoria) y en Juntos por el Cambio (originalmente conocida como Cambiemos), sin que ello implique dejar fuera del juego a actores representativos de otros sectores de la sociedad.


Al establecer un piso del 1,5% de los votos válidos como requisito para superar las elecciones primarias y participar de las elecciones generales, las PASO ayudaron también a que las fuerzas minoritarias compitan dentro de alianzas de afinidad ideológica, como ocurre con los partidos de izquierda.


Sin embargo, los reiterados episodios de falta de competencia interna en las elecciones primarias, como así también la poca incidencia real del voto ciudadano en la formación de las listas para las elecciones generales, han sido algunos de los principales puntos débiles de este sistema, generando cierto descrédito social que llevó a catalogar a las PASO como unas encuestas carísimas de lo que ocurrirá en las elecciones generales.


Esto se debe a que muchos frentes acuerdan listas de unidad, en tanto que otros cuentan con nóminas muy competitivas que enfrentan a rivales con pocas chances reales de alcanzar un porcentaje significativo de votos, todo lo cual mina la incidencia ciudadana en la conformación de las nóminas definitivas, generando un desencanto con las PASO.

Si se miran la totalidad de los procesos electorales desde 2011 a la actualidad y se divide la cantidad de alianzas que tuvieron competencia interna sobre el total de alianzas que se presentaron a elecciones legislativas para diputados nacionales, el porcentaje es bajo y apenas supera el 20% a nivel nacional, y es más bajo aún en distritos de gran incidencia como la Provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


En Corrientes, sin embargo, las PASO han tenido buena recepción entre los partidos políticos: alrededor del 50% de los procesos electorales celebrados desde la implementación del sistema han contado con competencia interna, y las elecciones de ayer no fueron la excepción. De los cuatro frentes inscriptos, tres ofrecieron al menos dos opciones al electorado. Nuestra provincia, de hecho, es la que más ha aprovechado las primarias a nivel nacional si se tienen en cuenta los frentes que ofrecen competencia interna respecto del total de alianzas presentes en los cuartos oscuros.


Así las cosas, a diez años de la primera experiencia y habiendo votado ayer por sexta vez en una elección primaria, abierta, simultánea y obligatoria, podemos afirmar que las PASO han servido para construir frentes electorales más competitivos y unificar a un sistema de partidos que se había fragmentado, aunque no han sido tan eficaces para democratizar la conformación de las listas de candidatos mediante el voto popular.


La democracia, como toda creación humana, es perfectible y esta década de existencia de las PASO así lo demuestra. El desafío pasa por buscar las formas de mejorar sus deficiencias y potenciar sus virtudes para que constituyan un mejor aporte al sistema electoral argentino.

Esta columna de Guillermo Chas fue originalmente publicada en Diario Época el 13/09/2021.

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