La enseñanza del derecho necesita innovar y modernizarse estratégicamente

Artículos de opinión, actualidad y doctrina legal escritos por Guillermo Chas.

La enseñanza del derecho necesita innovar y modernizarse estratégicamente

15 de octubre de 2021 Opinión 0
0
(0)

Luego de un año signado por la pandemia del COVID-19 y tras la irrupción de soluciones basadas en las tecnologías de la información y la comunicación como mecanismo casi excluyente adoptado por las universidades para poder seguir adelante con sus currículas, dos cosas quedaron en evidencia: por un lado, que muchos avances que parecían imposibles y eran resistidos en materia de enseñanza y pedagogía se abrieron camino aún en ámbitos académicos tradicionales y formalistas como es el caso de las ciencias jurídicas; por el otro, que la innovación y la modernización son necesarias pero deben planificarse e ir más allá de los modos y las formas en las que se dictan las clases, abordando también la sustancia de la formación del futuro abogado que es, juego de palabras mediante, el abogado del futuro.

La enseñanza del derecho debe dar lugar a estos avances y aprovechar las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías, pero, una vez transitado el tembladeral ocasionado por la emergencia sanitaria, esos avances deberán implementarse con una visión integral basada en la planificación estratégica. El uso apresurado de las tecnologías nos demostró que estas herramientas pueden ser aliadas en la enseñanza, pero también dejó en evidencia que docentes y estudiantes deben generar condiciones que permitan aprovechar la virtualidad de manera ética y productiva para un aprendizaje de calidad.

Sería un error que la innovación y la modernización en el ámbito de la enseñanza de las ciencias jurídicas se centre únicamente en la utilización de tecnologías en las experiencias aúlicas, dado que los directivos y docentes de las Facultades de Derecho, incluso los más jóvenes, debemos esforzarnos por dejar de lado prácticas antiguas que no colaboran con la formación de profesionales competitivos para un mercado cada vez más exigente y dinámico. Como formadores de profesionales debemos replantearnos el abordaje metodológico de la enseñanza del derecho entendiendo que es una ciencia con una faz teórica y otra faz práctica.

Si bien en los últimos años las exigencias de la CONEAU llevaron a que las casas de estudios introduzcan cambios en los planes de sus carreras de abogacía, el desafío sigue pasando por que la formación sea un poco menos en Derecho y Ciencias Jurídicas y un poco más en Abogacía. Hoy en día, todavía son muchos los docentes que forman a grandes memoriosos repetidores de artículos en lugar de formar a operadores jurídicos capaces de interpretar y aplicar el derecho partiendo de un razonamiento teórico orientado a una finalidad práctica: prevenir, mitigar y resolver problemas en el ámbito de las relaciones humanas que se encuentran regladas por un marco jurídico.

La innovación y modernización en la enseñanza de nuestra disciplina debe trasladarse a cómo concebimos la formación de nuestros futuros colegas. En lo personal, observo que los graduados salen a la calle con herramientas que los dejan más preparados para ser incipientes investigadores, académicos o juristas que para ejercer la profesión liberalmente o en el ámbito empresarial, judicial y de la administración pública, a pesar de que la proporción de egresados que se dedica a lo primero es sustancialmente menor que la que ejerce su profesión en lo segundo.

A pesar de que nuestro sistema judicial va adoptando, poco a poco, una visión menos burocrática y formalista, como por ejemplo mediante la implementación de códigos procesales que favorecen la oralidad y la celeridad, la incidencia de materias de corte práctico relacionadas con habilidades blandas como la oratoria, la negociación, la persuasión, el manejo de las relaciones públicas e interpersonales, o el marketing y la gestión del profesional como activo de mercado no ocupan lugares significativos en las ofertas académicas, que continúan signadas por un fuerte sesgo tecnócrata.

Los modos de enseñar y aprender el derecho están ante una oportunidad histórica. Un aprovechamiento estratégico de las tecnologías de la información y la comunicación, integrado con una visión superadora de los planes de estudios y programas de las materias que propicie mayores espacios para las cuestiones prácticas, nos permitirá que los próximos colegas sean verdaderos abogados del futuro, que ya deberían ser abogados del presente, pero todavía siguen siendo abogados del pasado.

Este artículo está basado en una entrevista para el portal especializado en educación Aptus.

¡Calificá este contenido!

Hacé click en una estrella para dejar tu puntaje.

Calificación promedio 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Sígueme en los medios sociales!

¡Siento que este contenido no te haya sido útil!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?